El aprendizaje es algo lúdico. (significa que se debe asociar con algo de "juego"). Cuanto más ludico, más fácil para aprender, y cuando más factores de estrés se asocian al aprendizaje, menos se aprende.
Quien ha sido castigado durante unas lecciones de música puede seguir tocando su instrumento, pero suele castigandose a si mismo sin querer.
Quien ha sido humillado frente a sus compañeros por no conocer la respuesta en inglés a la pregunta de su maestra, empezará a asociar estrés con cada desafío que tenga que ver con el inglés.
Quien ha escuchado que debería hacer algo útil en vez de leer, asociará la lectura con un potencial de culpa, y es probable que deje de leer, o que se permita leer, pero solo en la intimidad del baño.
Al revés: La lengua MATERNA se fija mejor que cualquier otra, porque se asocia a la mirada y la voz amorosa de la madre: un bienestar que motivó a la hora de aprender cosas nuevas. Y ¿si la madre ha sido el contrario de lo que uno espera de una buena madre? Es probable que la facilidad para lenguas extrangeras supere al potencial desarrollado en el idioma materno.
Todo tiene que ver con lo que asociamos con el aprendizaje, sea un idioma u otra cosa.
La clave para salir de esto es reemplazar el estrés por bienestar. Viajar a japón es otra cosa que aprender japonés de noche al lado de quienes te critican por hacer esto. Uno tiene que enamorarse del idioma o de las circunstancias que lo rodean, y se aprende en pocos meses mucho más que en años de lucha con esos demonios virtuales que te hacen injustemente dudar de tu capacidad para aprender.
