Halloween, como bien dices, tiene tantas caras que no hay "un" Halloween, sino una multitud de variantes según el país, la región, y el grupo de gente que se presta para el evento.
Originalmente, es una tradición celta que se repite desde 3 mil años, que se celebra en la víspera del día de todos los Santos cada 31 de Octubre, y que representa la salida de los muertos en el solsticio de otoño. Este periodo marca el fin de la cosecha, y la aceptación del ritmo fisiológico de cada año, es más, si no me equivoco, el calendario celta se refería desde la antigüedad a esta fecha (el solsticio) como su año nuevo.
¿Por qué habrán creído en una "salida de muertos que caminaban entre los vivos"? la razón obvia es por el simple hecho que el solsticio de otoño es (en el norte de Europa) el periodo en el que la naturaleza y el humano se deben preparar para afrontar el frío intenso del Invierno "que se despierta", y al estar preparados, no se morían, pero sin preparación, una sola ola de frío era un desastre para todos. No hay que olvidar que no había electricidad, ni hornos modernos, ni aislantes térmicos en ventanas y muros, y que la esperanza de supervivencia de antaño frente al frío y las infecciones no era lo que es la mucho más larga vida del hombre moderno. Imagínese pasar 5 meses entre muros de castillo fríos, con mantas y pieles de oveja: era obvio que la llegada del invierno era mucho más cerca de la simbólica de muerte comparado a la misma situación hoy, detrás de ventanas high tech con vidrios de triple capa, con antibióticos, nebulizador ultrasónico, manta de microfibra y calefacción central.
Por esta razón, el ritual ha perdido toda su simbología original, que era la de demostrar a la (posible) llegada de la muerte que no los estaba espantando, y que con luz dentro de la calabaza (símbolo de vida dentro de reservas para comer y sobrevivir, o dentro de una casa cálida) uno estaba a salvo. Hay también interpretaciones que dicen que había la creencia que la luz orientaba a los muertos en su camino. Esto también tiene un cierto sentido lógico en su simbolismo, asociado a este ritual de fuerza unida frente a la adversidad.
Encima de estas raíces se han enredado un montón de cosas. Las personas más macabras le dan curso a su fantasía sin tener que reprimirla, aquellos resentidos que hacen un culto a la destrucción y ponen toda su energía en contra de cualquier forma de cristiandad tienen este día de ritual como servido para infiltrarse y meter su condimento negro sin que estén detectados en medio de la población. La cultura hispánica le agrega algunos condimentos de las conquistas, o del culto a los muertos quizás derivado de costumbres mexicanas... La linea consumista bien made in USA ha agregado su parte de marketing y de ventas de cualquier objeto o comida que concuerde con el tipo de evento. A esto se suma la fascinación que ha dejado la saga de Dracula y todos sus derivados vinculados a los vampiros y al miedo a los murciélagos, historias católicas de la antigüedad sobre brujas volantes que pactaban con demonios, películas de monstruos o de terror, y las cinematografías cada vez más explicitas de zombies han aportado su parte de inspiración. Finalmente viene la parte social para jóvenes y adultos, que hacen de este día algo más que un simple dia de rituales vacíos.
Si, el ritual de base no tiene más mucho sentido frente a la amenaza del "invierno mortal", y mucho menos en el hemisferio sur... se ha vuelto tan sin sentido como los ciervos y la nieve de Navidad de Alaska celebrada con copos de nieve de plástico en America del sur con aire condicionado prendido a full en pleno verano de Diciembre.
Uno se puede preguntar: ¿Es mejor hacer un ritual sin sentido pero que cultiva el encuentro, la fantasía, los cuentos, el arte, el maquillaje, y crea eventos insólitos que salen de lo normal, una vez al año?, o ¿sería mejor eliminarlo, justamente por ser carente de sentido, o porque cada uno hace de él lo que quiere, o porque podría pasar que algunos la usen con fines destructivos?
Para responderlo, salgo en este párrafo por una vez de la regla del Neo-Evidencialismo que es la de no opinar, pues es mi opinión muy personal: A mi me encanta que la gente se ponga un objetivo de decoración, de festejar, a una fecha determinada, como evento de familia, y como evento de encuentro en el barrio, por lo tanto que lo toma como algo constructivo y lleno de humor, es decir de vida. Sin ello, estaríamos haciendo un paso más hacia la no-celebración de las cosas de la vida, hacía la pérdida de ritmos anuales relevantes a nivel sociedad, y terminamos mirando -una vez más- una película o la compu, como en cualquier otro día del año, y pierde otra oportunidad de co-creatividad familiar.
Desde la MDS, pido a las familias que planifiquen un par de encuentros constructivos por año, y que elijan en total libertad cuales de ellos les parecen tener sentido, y si posible que lo combinan con un objetivo que sea una contribución para la sociedad. Sin obligar a ningún vecino de hacer lo mismo, sino a lo sumo contagiando con la constructividad que logran cultivar en medio de su sistema familiar.
Hay una gran diferencia si uno usa la oportunidad de una festividad para la construcción o para dar mano suelta a su propia destructividad, o a aquella de su grupo alegado. Hay personas que compran un trajecito de material descartable made in china a ultima hora para poder ir a emborracharse con "permiso social", y quizás sembrar violencia. Pero también hay familias que se preparan durante semanas o meses haciendo maquetas, pinturas, construcciones, grabaciones, efectos especiales, destinados a crear un efecto exclusivo para ése día y pasarla muy divertido con familiares y algunos amigos.
Esto es lo que me hace optar a favor de pocas fiestas, pero bien hechas, en vez de muchas supuestas fiestas que no se celebran, sino que se han convertido en simples excusas para salir al sol y consumir comida chatarra, soportando ruidos y ruidos musicales que ahogan cualquier intento de comunicación que no sea a través de mensajes de texto.
Que esta critica constructiva sea un incentivo, otra vez, para repensar nuestras prioridades como familia, y darle el máximo sentido en la preparación de la(s pocas) fiesta(s), es decir mucho más en los encuentros de los tempos previos y la ansiedad de preparar sorpresas que en la fiesta misma.
Y si algunos lo usan como receptáculo para sus problemas personales, es algo totalmente normal, y que nunca se podrá evitar. Por ello, no le demos una importancia exagerada, como lo suelen hacer ciertos grupos con tendencia rígida o fundamentalista.
Feliz fiesta de Halloween, si te gusta!... ;-) pero festejala bien! pues así puedes hacer de ella un símbolo de coraje, de distancia frente al exceso de seriedad existencial, de humor, de sorpresa, de creatividad, de acompañamiento mutuo, y sobretodo de unión familiar que celebra año por año los cambios destacados de los jóvenes durante su crecimiento, dejandole a ellos vivencias asociadas a improntas de valores!
Nota: a parte de esto, quizás no está tan mal tener cada año una oportunidad que -además de lo dicho arriba- pueda darnos la oportunidad de mirar nuestras propias sombras. Por ejemplo, para quienes siempre dicen "si" en su vida social diaria, y de repente experimentan como se siente decir "no", o jugar a "ser malo", y lo pueden mirar de una vez desde otra perspectiva: menos pesada que la tradición condenatoria que se suele encontrar en tantos lugares de este mundo.