Bienvenido Dylan!
Mira que a veces es muy difícil distinguirlo. Pues suele haber dos situaciones bien diferentes:
1) El que miente sabe que miente, y te manipula.
2) El que miente está creyendo su propio relato, en el que se ha refugiado. En el fondo baña en el miedo. Por ello, su relato lo está dando una suerte de edificio de compensación, de seguridad. Por ello, no va a soltar su relato, y va rechazar las preguntas precisas, porque no podría dar respuestas precisas.
En el primer caso, es probable que puedas percibir reacciones raras, argumentos de último segundo, improvisaciones, tensión, cambio de excusa, y hasta comportamientos sospechosos, sudor, miradas que esquivan, o una insistencia rara...
En el segundo caso, es probable que te encuentres hablando como con una piedra, que parece decir la verdad, solo la verdad, y si caes en el relato, no te darás cuenta que era todo una construcción meticulosamente bien hecha para sostenerse. Es un poco como el camaleón.
Es mucho más difícil detectar en la cara o comportamiento de la persona que cree su relato. En este caso, tu chance para detectar la mentira es se encuentra en comprobar toda la coherencia del relato. Al desvelar las incoherencias de su relato, el mentiroso intenta atacarte para hacerte sentir mal, desprestigiado, incoherente, y para esto le sirve cualquier excusa... o huye de ti, porque supuestamente "no está de acuerdo", pero en realidad porque te está temiendo por tu capacidad de análisis y de descubrir el fraude.