Estás haciendo una observación interesante: Nada pasa por un simple azar, sino que hay causalidades cuyos hilos se escapan de nuestra comprensión. Algunas pocas causalidades podemos explicar, y no es el universo que conspira en contra de uno, sino todos los aspectos que giran alrededor de uno, ya sea en la mente, en la materia, o en el entorno social. En metáfora, es como la basura espacial: para cada satélite en uso se cuentan cientos o miles de desechos sin uso, producto del lanzamiento o de la caducidad. Lo mismo pasa con mandatos y memorias de nuestra infancia.
De forma sencilla y corta se puede decir que estás recibiendo un contacto desde una parte inconsciente de tu mente. Puede ser un mensaje de duda, de miedo (por ej. a confrontarse con algo), de auto-saboteo (por ej. sensación de que nada te termina ayudando), de culpa por tomarte un día entero para ti (por ej. memorias de no-merecer). Puede esconder hasta los conflictos internos más insólitos, y ser espejo de tu percepción de que alguien de tu entorno no te da la aprobación para invertir en tí.
Las personas a las que les pasa esto suelen creer que tienen que justificar todo, y particularmente si van a invertir en si mismos.
Así que como veras, las causas pueden ser muy diversas, pero el receptor es uno mismo. Es decir que con más claridad sobre nuestros mecanismos y nuestras prioridades, este tipo de fenómeno contrario desaparece, o en otros términos sigue existiendo, pero se focaliza a favor de tu claridad en tu determinación.