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Te miraba sin verte

 

 

Empiezo a poner consciencia en ti

Y con el tiempo descubrí que el problema no eras tú, sino yo. Que era yo la que no estaba cumpliendo con mi misión, que tú eras perfecto y que era en otro lugar donde debía buscar el motivo de mi insatisfacción.

Gracias por hacer tu parte de forma silenciosa, por encargarte de mantenerlo todo a punto, sin darte importancia, como si nada.

Gracias por hacerme respirar aún en los momentos en que no había ganas, por realizar ese proceso alquímico de convertir lo que respiro, lo que como, lo que bebo para vivir.

No siempre tuvimos una relación fácil (la ingratitud de la juventud, supongo). 

Perdona a mi ego por pensar que nunca eras demasiado perfecto. Que podría ser más bella, más delgada, más lisa.

Perdona por sentir que no eras merecedor de las caricias. Perdona por culparte de no recibir un amor cuando ni yo misma me amaba. Perdón por esconderte,  maltratarte, y por los excesos. Y en esta consciencia no cabe otra cosa que la gratitud, la disculpa por los años de maltrato, el compromiso de cuidarte como tú lo llevas haciendo tantos años, más allá de la forma. 

Sé que no es tarde. Sé que nuestra reconciliación es para siempre. (A mi querido cuerpo).  Gracias Mds a él va mi valor y gratitud....  Liberó grandes ataduras y bloqueos físicos.

 

 

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