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12/03/2018
El miedo es una reaccion de nuestra mente racional respondiendo a un estimulo (real o imaginario), es una construcción mental, que recrea e impulsa un mecanismo de defensa hormonal (adrenalina) preparandonos para huir o enfrentar un supuesto ataque real o imaginario (pero que a nivel del intelecto racional existe).
La sutil linea entre sentir temor y el miedo, es que a este no podemos manejarlo fácilmente, borrarlo o despejarlo con la “fuerza de la mente”, porque es una creación suya. La manera de identificarlo es cuando ese sentimiento genera pensamiento circular, tratamos de alejarlo y regresa, nos convencemos de que no habra problema o que no queremos sentirlo, pero vuelve de cualquier manera y siempre nos paraliza.
Cuando es temor, curiosidad ansiosa, duda e intriga frente a lo desconocido o lo que nos genera alerta, ellos nos impulsan a una acción huir o defendernos, a canalizar ese sentimiento en una dinámica resolutoria El miedo paraliza, congela, inmoviliza impide la evolucion. La posición determinante, desde el ser que somos, tomando plena consciencia de que estamos en esta vida para aprender y evolucionar, que nada de lo que hagamos será errado, porque tendrá un sentido de crecimiento; que somos amados profundamente desde esa conexion atemporal con el todo, con los demás, con Dios, nos permite superar el miedo, constructo mental, engañoso.
Percibirnos, mirarnos desde el aqui-ahora, con una visión amorosa, indulgente, aceptándonos incondicionalmente, nos eleva y supera los juegos de la mente. Esa certeza de que estamos en una dinamica evolutiva donde todo acontecer tiene un sentido de aprendizaje, de crecimiento y con la aceptación consciente desde nuestro ser; dejandonos llevar por la corriente del rio de la vida, sin resistencia, con disfrute, es una explicación de la fe. Una profunda fe, desde la humildad del sabernos debiles, finitos, vulnerables, nos hace impermeables al miedo, nos permite conectarnos y vivenciar la magnificencia del existir.
Gerardo Varetto
La sutil linea entre sentir temor y el miedo, es que a este no podemos manejarlo fácilmente, borrarlo o despejarlo con la “fuerza de la mente”, porque es una creación suya. La manera de identificarlo es cuando ese sentimiento genera pensamiento circular, tratamos de alejarlo y regresa, nos convencemos de que no habra problema o que no queremos sentirlo, pero vuelve de cualquier manera y siempre nos paraliza.
Cuando es temor, curiosidad ansiosa, duda e intriga frente a lo desconocido o lo que nos genera alerta, ellos nos impulsan a una acción huir o defendernos, a canalizar ese sentimiento en una dinámica resolutoria El miedo paraliza, congela, inmoviliza impide la evolucion. La posición determinante, desde el ser que somos, tomando plena consciencia de que estamos en esta vida para aprender y evolucionar, que nada de lo que hagamos será errado, porque tendrá un sentido de crecimiento; que somos amados profundamente desde esa conexion atemporal con el todo, con los demás, con Dios, nos permite superar el miedo, constructo mental, engañoso.
Percibirnos, mirarnos desde el aqui-ahora, con una visión amorosa, indulgente, aceptándonos incondicionalmente, nos eleva y supera los juegos de la mente. Esa certeza de que estamos en una dinamica evolutiva donde todo acontecer tiene un sentido de aprendizaje, de crecimiento y con la aceptación consciente desde nuestro ser; dejandonos llevar por la corriente del rio de la vida, sin resistencia, con disfrute, es una explicación de la fe. Una profunda fe, desde la humildad del sabernos debiles, finitos, vulnerables, nos hace impermeables al miedo, nos permite conectarnos y vivenciar la magnificencia del existir.
Gerardo Varetto